En las ciudades nos jugamos el futuro
Con motivo del Seminario Técnico de Entidades Locales y Economía Circular, que se desarrolla en Madrid los días 6 y 7 de marzo organizado por la FEMP y Ecoembes, publicamos este artículo en el que Ángel Hervella, Director de Gestión Autonómica y Local de Ecoembes, nos da unas cuantas claves.
En las ciudades nos jugamos el futuro
Ángel Hervella. Director de Gestión Autonómica y Local de Ecoembes
Con más del 80% de la población del país viviendo en entornos urbanos, tenemos claro dónde hay que colocar el acento para poder superar las crisis ambientales que nos acechan (cambio climático incluido), renovar nuestra forma de usar los recursos, relacionarnos con el entorno, promover la ecoeficiencia y reducir el impacto ambiental de nuestras actividades económicas y sociales.
España está por encima de la media de la Unión Europea en población urbana, aunque sea con una atomización importante expresada en sus más de 8.000 municipios. Las urbes españolas son en su gran mayoría de tipo mediano o pequeño, lo que puede suponernos una ventaja a la hora de implementar procesos de sostenibilidad, como la economía circular aplicada a la gestión de los residuos. Tanto Naciones Unidas como las principales redes de ciudades (UCLG e ICLEI) insisten en que las ciudades llamadas intermedias son los espacios idóneos para desarrollar estrategias en sostenibilidad urbana, potenciando el rol de la ciudadanía participativa.
Dicen los expertos que hoy los verdaderos líderes globales son, en muchos casos, los gobernantes locales. No hay más que observar la influencia de los alcaldes y alcaldesas de las grandes ciudades del mundo, o el papel de los gobiernos locales en las cumbres sobre cambio climático o en la implantación de procesos de economía circular o, incluso, la de los consistorios de las localidades más pequeñas. Un fantástico ejemplo de ello es la iniciativa de la “Declaración de Sevilla: el compromiso de las ciudades por la economía circular”, firmada por 200 localidades, como también lo son los municipios que ya están realizando una recogida separada de los residuos orgánicos, los que introducen la innovación en la gestión de los residuos o aquellos que realizan campañas para educar e implicar a la ciudadanía con el consumo responsable y el reciclaje. Iniciativas, todas estas, que ponen en relieve la importancia de cada uno de nosotros, como ciudadanos, para hacer posible un desarrollo sostenible.
Aunque los residuos sólidos urbanos son una parte minoritaria en el conjunto de los residuos que se generan a nivel país (unos 23 millones de toneladas frente a cerca de 110), su gestión y reciclaje reflejan el paradigma de un cambio global del hecho urbano. Una ciudad que recicla es una ciudad que, seguramente, actúe en movilidad sostenible, energías limpias, infraestructuras verdes, etc. Y esto es así porque reciclar es una actitud de compromiso ambiental que cada ciudadano puede adoptar. Así, gracias a ciudadanos, administración pública y empresas, es posible que los envases que se depositan en el contenedor amarillo y en el azul, los gestionados por Ecoembes, tengan una segunda vida. Los principales promotores de la economía circular son, precisamente, aquellos que, en su día a día, separan sus residuos y reciclan.
Es necesario señalar que no solo se trata de reciclar más, sino de trabajar en todo el ciclo de vida de un producto, desde el ecodiseño y reciclabilidad, hasta iniciativas para facilitar a los ciudadanos la separación en origen, pasando por nuevas aplicaciones de la materia prima proveniente del reciclado. Todo ello conforma un ecosistema de innovación en el que los municipios han de estar implicados, porque de su compromiso dependerá en buena medida que los ciudadanos interioricen la necesidad de los procesos circulares en un mundo donde el agotamiento y la sobreexplotación de recursos están poniendo en duda nuestro futuro.